1. Hágale saber a su hijo que ahora está a salvo.
Los primeros días y semanas después de una herida muchos niños creen que algo malo les puede volver a suceder. Hágale saber a su hijo que ahora está a salvo. Déle más abrazos, incluso a los adolescentes. Los niños más pequeños pueden necesitar más tiempo de mimos.
Sepa cómo ayudar a su hijo con sus nuevos miedos y preocupaciones.