Cómo hacer frente a nuevos miedos y preocupaciones
¿Cómo se desarrollan nuevos miedos?
Cuando sucede algo aterrador, a menudo aprendemos a tratar las cosas conectadas a ello como si fueran señales de peligro. La siguiente vez en que algo nos recuerda lo que pasó, nuestro cuerpo reacciona como si estuviéramos en peligro, incluso si estamos a salvo.
Un recordatorio del trauma puede ser cualquier cosa, un lugar o una persona, una visión o un sonido, o incluso un olor. Puede ser algo que apenas se note, hasta que los sentimientos de miedo empiezan a fluir de nuevo.
¿Cómo podemos superar nuevos miedos, haciendo frente a los desencadenantes emocionales?
Para manejar los desencadenantes emocionales, puede ser realmente útil hacer frente a los recordatorios una y otra vez, en el transcurso de la vida normal. Podemos sentir mucha ansiedad al principio, pero cada vez que experimentamos un recordatorio del trauma y nos mantenemos firmes el tiempo suficiente para saber que no conduce al peligro, los sentimientos de miedo tienden a debilitarse.
Es natural que su hijo quiera mantenerse alejado de las cosas que se lo recuerdan y lo perturban. Pero la evitación excesiva puede interferir en el proceso de recuperación natural y hacer que sea más difícil superar la sensación de miedo.
Como padre, usted juega un papel importante para ayudar a que su hijo se enfrente a nuevos temores sin quedarse atascado en la evitación.
¿Cómo pueden los padres saber si los temores o las preocupaciones son realmente un problema?
Pregúntese: ¿el miedo o el nerviosismo frenan a su hijo a la hora de volver a las actividades normales y seguras? ¿O le impiden disfrutar de las cosas, incluso si es capaz de hacerlas?
Si es así, puede ayudar a su hijo a lidiar con los nuevos temores y preocupaciones antes de que se conviertan en un problema mayor.
¿Qué pueden hacer los padres?
1. Ayude a su hijo a hacer cambios que de verdad lo ayuden a estar seguro.
- Como usar casco, cruzar la calle con cuidado o decirle a dónde va.
2. Sea una “verificación de la realidad” para su hijo.
- Si su hijo está nervioso por hacer algo, converse con él y ayúdelo a determinar: “¿de verdad esto me ayuda a mantenerme a salvo?” O “¿estoy evitando algo simplemente para no sentirme nervioso?”
3. Ayude a su hijo a entender “los recordatorios del trauma”/disparadores emocionales y la evitación.
- A veces los niños necesitan ayuda para determinar qué lo que hace que se sientan asustados o nerviosos.
4. Anime a su hijo.
- ¡Ayúdelo a seguir haciendo esas cosas seguras que lo ponen nervioso y alabe su valentía cuando lo haga!
5. Fíjese en sus propias preocupaciones.
- Pregúntese: ¿Mis preocupaciones me impiden dejar que mi hijo haga las cosas que en realidad debería tener permitido hacer?
- Utilice a un amigo o familiar de confianza como una “verificación de la realidad” para usted mismo, para ayudarle a revisar sus preocupaciones acerca de la seguridad de su hijo.
Cuándo pedir más ayuda
Si no está seguro de si las preocupaciones o los temores de su hijo son realistas, o de la forma de alentar a su hijo a enfrentar las cosas que está evitando, pida ayuda.
Hable con su médico de familia, un consejero escolar u otra persona de su confianza o busque a un asesor que pueda ayudarles a usted y a su hijo a manejar los desencadenantes emocionales y las reacciones de estrés traumático.